Cada dÃa, año tras año, nuestro rostro sufre los efectos de la fuerza de la gravedad. Las facciones se caen, y este deslizamiento modifica la expresión del rostro, asà como su huella emocional. Los surcos nasogenianos se hunden, las mejillas [&hellip
Con el paso del tiempo, el pecho (como el resto del cuerpo) empieza a caer. Se trata del efecto crue
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